Croacia es un país muy diverso, con una costa espectacular pero también con un interior super interesante de explorar. Viajar en bicicleta por Croacia es una maravilla, con gente muy hospitalaria y curiosa sobre el viajero. Entonces para el cicloturismo se convierte en un país muy recomendado tanto por la experiencia paisajística como por la humana.
Yo entraba a Croacia desde Eslovenia por la frontera de Državna granica Pribanjci. Descubriendo así una Croacia muy auténtica y rural iba avanzando con la intención de dirigirme hacia la costa para escapar un poco del frío.
El viaje lo hacen las personas y eso en Croacia se estaba cumpliendo perfectamente ya que el contacto con la gente de los pueblos era realmente agradable.
Y quién me iba a decir a mí que en un pueblecito perdido por el monte croata iba a encontrar a un hombre que hablara español y que me invitara a pasar unos días a su casa (A continuación el episodio donde podéis verlo)
Después de haber avanzado por el interior me dirijo hacia Zadar, la primera ciudad en la costa que me iba a encontrar. Y así posteriormente ir bajando hacia Split, donde estaría casi un mes en un hostal a cambio de crear fotografías y vídeos.
La costa de Croacia es muy bonita, bastante escarbada en algunos sectores pero tiene mucho encanto. Este país es bastante turístico pero en realidad se concentra en unos pocos puntos del país, así que para un cicloviajero es una maravilla ya que es un destino muy auténtico.
Algo curioso es que cuando vas dirección Dubrovnik siguiendo por la costa, tienes que pasar unos kilómetros de Bosnia y Herzegovina. La poca salida al mar que le dejaron los croatas a los Bosnios. Pero sin problema la pasas y unos cuantos kilómetros después vuelves a estar en Croacia.